Cuando me di la vuelta
ellos ya no estaban
y no fue Jesús lo que vi
no fue Jesús.
Sólo los sitios vacíos sobre la manta
los huecos de sus pesos
los platos listos
los cubiertos repartidos
la cesta abierta
y una tarta que jamás podríamos comernos
ni tirar
cosas que para siempre deberían quedarse allí
bajo el árbol y el viento
para recordarles
y que sería blasfemia tocar.
A mi lado
Elsa no paraba de llorar
diciendo "¡Lo he visto, lo he visto!"
sintiéndose ya para siempre culpable
por haber estado dentro
en lugar de junto a su señora y el niño
igual que para siempre el picnic
se quedaría zumbando bajo las cosas
tal y como lo dejaron
mi esposa y mi hijo.
Cuando me di la vuelta
ellos ya no estaban
y no fue Jesús lo que vi
desapareciendo tras una esquina
no fue Jesús.
- · O · -
-Pero no puedo publicar esto -me dijo el cura párroco, con el cuaderno entre sus manos-. ¡Sería una blasfemia!
Y yo no sabía si se refería a la blasfemia de tocar las cosas que ellos habían dejado, o a la que se ocultaba tras la esquina..
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